ARGENTINA
La
ex jueza de la Suprema Corte mendocina y especialista en bioética, Aída
Kemelmajer de Carlucci, explicó en Radio 10 los puntos más importantes
del anteproyecto. "Será más fácil divorciarse y adoptar; es un cambio cultural importante", enfatizó
El anteproyecto de reforma del
Código Civil presentado por la presidente Cristina Kirchner tiene como
puntos destacados la simplificación de los trámites de adopción,
divorcio y la incorporación de los contratos prenupciales para dividir
las ganancias, entre las principales modificaciones.
La iniciativa fue redactada por
una comisión compuesta por un grupo de notables entre los que se
encuentran el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, la
vicepresidente del Máximo Tribunal, Elena Higthon de Nolasco, y la ex
jueza de la Suprema Corte mendocina, Aída Kemelmajer de Carlucci,
especialista en bioética.
"El código civil,
fundamentalmente, se tiene que ocupar de la persona, de sus libertades y
de sus relaciones de familia, pero también respetando esa libertad y
esa pluralidad que tiene la sociedad", afirmó Aída Kemelmajer de
Carlucci en Radio 10.
Buscando clarificar el objetivo
de la reforma, la doctora Carlucci habló de la dinámica de la sociedad
en este último tiempo. "Nuestro Código Civil ha tenido reformas muy
significativas desde el año 1871 hasta la fecha, pero aún así mantienen
cosas de esa época y no de hoy", subrayó.
Sobre los contratos
prenupciales, la ex jueza explicó que "si se constituye una familia, me
case o no me case, hay un piso, un mínimo que se debe respetar; tengo el
deber de asistencia al otro que vive conmigo".
"Si uno decide casarse puede
decir: quiero vivir con el régimen de bienes gananciales, que es el que
tenemos hoy, es decir que a partir del matrimonio todo lo que ganamos es
común y cuando se disuelve el matrimonio, se divide 50 y 50".
El proyecto estipula que uno
puede elegir en el momento de casarse o después, vivir en un régimen de
separación de bienes. Es decir que una pareja podrá firmar antes de
casarse o después, un contrato prenupcial, que permitirá establecer una
división de bienes determinada en caso de divorcio.
Pero aclaró que "si una de las
personas ganó y la otra no, puede ocurrir una suerte de enriquecimiento
sin causa". Es ahí donde se puede solicitar lo que se conoce como
"compensaciones económicas" y será el juez a cargo del divorcio el que
decida la división de bienes.
Sobre el punto que busca
simplificar los trámites de divorcio, Kemelmajer de Carlucci señaló que
bastará la voluntad de uno solo de los cónyuges, sin necesidad de que
exista mutuo acuerdo para concretar la separación.
Sin embargo, la especialista
aseguró que "hay que reflexionar mucho antes de ir al juez y hacer una
propuesta seria", para solucionar las consecuencias que acarrea la
separación.
El nuevo código contemplará
también las uniones de convivencia entre dos personas con el fin de
proteger el bienestar de una de los integrantes de la pareja ante la
eventual ruptura del vínculo, mediante las uniones convivenciales.
"Para nosotros no es inmoral no
querer casarse, es una opción de vida; regular esto fue muy difícil
porque las uniones convivenciales pueden obedecer a muchas causas.
Algunos optan libremente pero hay sectores vulnerables donde la mujer
sigue estando sojuzgada y no se casan por esa situación de
inferioridad", añadió Kemelmajer de Carlucci.
Asimismo, explicó que existe un
mínimo de protección en el caso de que se disuelva esa unión y puso un
ejemplo: "Si están viviendo en la casa de uno de ellos y eso se disuelve
y el otro queda vulnerable, le damos dos años con derecho a quedarse en
la casa".
Otro de los puntos, quizás el
que más polémica genere, es el de fertilización asistida. Allí, se
establece la posibilidad de que una mujer acuda a un procedimiento, así
como el alquiler de vientre para aquellas mujeres que no puedan
concebir.
Respecto a este último punto,
explicó que se incorporará un tercer tipo de filiación que es la
Reproducción Humana Asistida Heteróloga, es decir con material genético
de un tercero.
"Al donante no le interesa ser
padre, solamente es donante; entonces ese embrión que se formó con el
material genético del tercero, después cuando nace el niño, el marido de
la mujer que tuvo el hijo, no tiene acción para decir 'ese no es mi
hijo'. Genéticamente no es su hijo, pero si por voluntad procreacional y
se tiene que hacer cargo", manifestó.
Para finalizar, trató el tema de
adopción, punto en el cual el proyecto busca simplificar los trámites
aunque mantendrá una serie de "controles". "Habrá seis meses de apoyo a
la familia de origen del niño, con otros 180 días de prorroga. Si no
dieron resultado todo lo que hicimos por ellos y el niño sigue en estado
abandónico, allí el juez le quita a la familia la responsabilidad
parental y el chico queda en situación de adoptabilidad y se recurre a
la lista del registro de adoptantes".

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